Los trastornos del sistema nervioso autónomo pueden presentarse aislados o como resultado de otras enfermedades, tales como la enfermedad de Parkinson, el alcoholismo y la diabetes.
Los problemas pueden afectar parte del sistema, como en los síndromes de dolor regional complejo, o en todo el sistema. Algunos tipos son transitorios, pero muchos empeoran con el transcurso del tiempo. Cuando afectan la respiración o la función cardiaca, estos trastornos pueden ser riesgosos para la vida.
Envía impulsos al corazón, músculos estriados, musculatura lisa y glándulas. El sistema autónomo controla la acción de las glándulas; las funciones de los sistemas respiratorio, circulatorio, digestivo, y urogenital y los músculos involuntarios de dichos sistemas y de la piel. Controlado por los centros nerviosos en la parte inferior del cerebro tiene también un efecto recíproco sobre las secreciones internas; está controlado en cierto grado por las hormonas y a su vez ejerce cierto control en la producción hormonal.
El sistema nervioso autónomo se compone de dos divisiones antagónicas:
El Sistema Nervioso P, Simpático: estimula el corazón, dilata los bronquios, contrae las arterias, e inhibe el aparato digestivo, preparando el organismo para la actividad física. consiste en una cadena de ganglios (grupo de neuronas) interconectados a cada lado de la columna vertebral.
El Sistema Nervioso P. Parasimpático: tiene los efectos opuestos y prepara el organismo para la alimentación, la digestión y el reposo. Sus fibras salen del cerebro y, junto con los pares craneales, en especial los nervios espinal y vago, pasan a los ganglios y plexos (red de nervios) situados dentro de varios órganos, comprende dos porciones:
- La cráneo-bulbar
- La sacra
Parasimpático cráneo-bulbar
Está constituido por las fibras correspondientes a los siguientes nervios:
- al motor ocular común
- al facial
- al glosofaríngeo
- al vago o neumogástrico
Parasimpático sacro
Inerva el recto y la vejiga; relaja los esfínteres y estimula la evacuación.
El Sistema Nervioso Simpático y el Sistema Parasimpático realizan acciones que pueden parecer antagónicas (opuestas) de una misma función.
Para ello, el Sistema Nervioso Simpático actúa en casos de urgencia y de estrés provocando diversas reacciones como el aceleramiento del pulso y la respiración, frena la digestión, aumenta la presión arterial y hace que la sangre llegue en mayor cantidad al cerebro, piernas y brazos, también hace que aumente el nivel de azúcar en la sangre.
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